El
rel es es una forma de narración compuesta con un mínimo de 601 a
un máximo de 699 palabras incluido su título.
Se
caracteriza por ello, pero, su extensión que no debe sobrepasar una
carilla, hace de la minihistoria que desarrolle el escritor sea en
sí, un camino para pulimentar su narrativa. Se puede considerar
parte integral del llamado minirelato.
Titulo:
Conil, pueblo de pescadores
Característica:
Rel
Nota:
El
presente ejemplo consta alrededor de 670 palabras incluido su título
Recuerdo
que era un día soleado y por esa época, el calor no era tan fuerte
a pesar de ser verano, probablemente por el efecto del mar
atemperando el clima; la gente se movía de un lado a otro, en el
muelle de ese pueblo de casas blancas y calles estrechas, localizado
en la Costa de la Luz, cito en Andalucía. Ese pueblo costero llamado
Conil.
Estando
de turista, disfrutaba de unos entremeses en un restaurante que daba
a La Playa del Atlántico, una especie de costanera que daba a una
playa hermosa.
Estaba
comenzando a degustar un besugo de la pinta, un pez extraído esa
mañana por los pescadores del lugar, cuando lo vi.. Jerónimo.
Recuerdo
que le hice un gesto con una copa de de un excelente vino blanco
oriundo de la zona.
Jerónimo
bajaba de uno de esos barcos para turistas ricos que iban tras la
emoción de pescar un pez de gran emergadura. Me saludó, en tanto se
despedía de los turistas que llevaba haciéndome un gesto como que
lo esperase. Era el dueño de un barco de pesca y había estado por
la zona del faro de Roche emplazado en una torre de almenara, por la
Ensenada de la Traición.
–Botija,
¿qué estáis haciendo por estos lares? –Me acababa de levantar de
donde estaba, una mesa situada sobre una terraza que daba al oriente
del puerto, con vista hacia éste, pero a lo lejos. Estrechamos las
manos y lo invité a sentarse.
–Hace
unos días que llegué Jerónimo, estoy de vacaciones. –Le
respondía en tanto hacia gesto a una hermosa andaluza, que atendía
las mesas de afuera para que trajera una copa extra y compartiramos
un Navazos-Niepoort 2009, vino blanco de buena cosecha oriundo de la
zona.
Hermoso
lugar por cierto el pueblito de Conil. Lugar donde a noche se vuelve
fiesta, y por las calles empedradas se vive pleno el amor; en la
plaza hay adornos de cadenetas y en el aire compases de acordeón.
Con
el paso de los años, Conil de la Frontera ha ido evolucionado. Ya no
está dedicado tan solo a la comida local porque el turismo ha traído
una variedad de gastronomía, abriéndose restaurantes de todo tipo
de cocina internacional.
Pero,
aunque los restaurantes de comida internacional en Conil se
expandieren, sin duda, el plato por excelencia en este bello pueblo
de la costa de Cádiz, es el pescado y, en especial, el atún de
almadraba.
–Jerónimo,
si mal no recuerdo a vos te gusta la música lejana de la feria. –El
estaba saboreando una sabrosa tapa. Digo pues..
Fue
cuando, una andaluza de esas, de toda ley se nos acerca, a menos eso
fue lo que pensé al verla denotando por el paso que bien lo conocía;
en ella afloraban de las fuentes de sus ojos cual manantiales de risa
cristalina, acallando de forma repentina rumores del verano entre
matojos.
–O
meu amor, non tes idea do que eu entrei no Mercado do Porto- la miré
y ella seguía viéndolo a él, con esos ojos negros crespones, que
brillan sin remedio.
–Te
presento al Botija –Dijo éste- Botija ella es mi mujer, Anabella,
es oriunda de Ferrol, aunque ahora vive aquí en Conil.
–Um
pracer seor –Fue cuando se acomodó en la mesa y extrajo dos
carteras de ubrique y unas muestras en madera, diseños exclusivos de
la ebanistería locataria.
–Botija
ven a conocer Conil, conozco ciertos parajes atípicos, que no van
los turistas –Jerónimo mencionaba mirando de reojo a su esposa que
parecía no haberse percatado que estaba con uno– Te invito a
recorrer el casco histórico donde está el caserío blanco.
Y
así fue que conocí Conil junto a Jerónimo y Anabella; Conil es un
pueblo acogedor, de casas sencillas, de calles estrechas y encaladas,
de ventanas y balcones con geranios, de patios de vecinos colmados de
macetas, donde por las noches sus gentes se reúnen para 'tomar el
fresco' hasta bien entrada la noche.