El
nanopro es es una forma de narración compuesta con un mínimo de 800
a un máximo de 899 palabras incluido su titulo.
Titulo:
El discertante
Característica:
Nanopro
Nota:
El presente ejemplo no sobrepasa las 830 palabras incluyendo su
título.
El
anfiteatro estaba repleto. En tanto esperaba que el presentador
terminara su trabajo, me había fumado tres cigarrillos al hilo,
hacía tiempo que no asistía ante tantas personas reunidas por la
disertación que esperaban que hiciera. Cuando ello tuvo lugar, luego
de la primera frase parecía que había logrado hacer ello desde
siempre; detrás de mí, una pantalla gigante me mostraba en toda su
magnitud. Estaba saliendo por televisión.
–Todos
vosotros estáis jodidos – Con ello acallaba el eco de los últimos
aplausos, en tanto la atención se hacía más evidente al dar cierta
pausa para que los ecos de esas palabras no cayeran en saco roto –lo
sabéis, pero sois la generación ninja.
–Sin
ingresos, sin trabajo – Mencionaba mientras me paseaba de una punta
al otro del podio, y entre frases, hacía un silencio adrede cuyo
cometido era captar la atención de todos –Sin trabajo, si
ganancia, sin mayordomo.
–Alguien
me recordó los otros días –Todos el mundo estaba expectante de lo
que quería decir; el cameraman había enfocado un primero plano de
mi cara y gestos –que una vez dije, que la avaricia era buena.
Ahora parece que es legal.
–Pero
amigos –El contenido de esa última frase, “legal”, hizo que la
risa inundara todo el anfiteatro lo que me hizo callar unos segundos
y mirarlos fijamente, deteniéndome en mi andar; ocasión que
aproveché para encender otro cigarrillo. –avaricia, hace que el
barista que esta en la esquina de mi hogar compre tres casas que no
puede adquirir sin dinero.
–Avaricia,
hace que vuestros padres – Ahora si, tenía la atención de todo el
mundo y estaba saliendo a través de EWTN Channel en vivo –financien
una casa de 200.000 dolares en 250.000, luego utilicen esos 50.000
para otras cosas: compran una LED TV, celulares , computadoras y
dicen “¿por qué no otra casa?”
–Es
la avaricia la que hace que el gobierno de éste país –Haciendo
una pausa en el medio de la frase estando sentado en el relleno del
podio; acontecía, las primeras volutas de humo del cigarrillo que
había encendido. Todos se hallaban escuchando atentamente –baje el
interés del 1% a luego del 11 de septiembre.
–Para
que vayan a comprar otra vez; tienen bonitos nombres para los varios
tipos de créditos –Terminaba de decir esas palabras con lo último
que quedaba del cigarrillo –CMO, CDO, SAB, ABS. Saben, creo que hay
75 personas en el mundo.. si 75, que saben que son. Pero les diré
donde están.
–Las
ADM o Armas de Destrucción Masiva – Ya me estaba recorriendo de
nuevo de punta a punta el podio –así se les decía cuando estaba
lejos, la avaricia parecía por aquel entonces que se fortalecía con
algo de envidia. Los grandes financieros se iban a su casa con 5000
millones de dólares al año.
–El
Banquero.. – En ese momento yo detenía el cauce natural de la
frase a propósito y los volvía a mirar –miraba a su alrededor
diciendo para si “mi vida es muy aburrida” comenzando a partir de
esa aseveración a modificar su interés, el de él, no con el suyo,
no. Con el vuestro.
–el
de él, no con el suyo, no – por ese entonces de la disertación
hacia un gesto con el dedo hacia atrás – con el vuestro. Porque
puede hacerlo.
–..con
el vuestro. –A esa altura de los acontecimientos el gesto era
evidente, con el dedo los señalaba a todos en la platea –Porque
puede hacerlo. Ustedes deberían ganar no ellos y lo lindo del trato
es, que nadie es responsable porque amigos.. todos beben del mismo
lugar.
–....
todos beben del mismo lugar – Algunos ya se habían parado, otros,
se mantenían sentados, pero sin importar que hacían, a esa altura
aplaudían como locos –Entérense amigos, el 40% de las ganancias
corporativas en los Estados Unidos provienen de los servicios
financieros, no de la producción estadounidense.
–Tomamos
un dólar, lo llenamos de esteroides y decimos que es un ejercicio.
Yo le llamo la Banca engrosada. – La gente que había venido a
escuchar el discurso no paraba de reír a lo que hice un silencio
adrede para resaltar lo que pretendía dejar claro. – Y odio decir
esto, pero vivimos en un modelo de negocio en bancarrota; es
sistémico, indignante y global. Es como el cáncer. Es una
enfermedad y tenemos que luchar contra ella.
–¿Cómo
pondremos esa enfermedad a nuestro favor? – Dejando que el tiempo
se asentara y la gente dejase de reír, encendía otro cigarrillo en
tanto miraba fijamente la cara de los presentes. Con ello dejaba que
la pregunta calara los estratos más profundos de la psíquis de los
oyentes – Se los diré en 3 palabras “Compren mi libro.”
–… Se
los diré en 3 palabras “Compren mi libro.” – Todo el auditorio
para ese momento me ovacionaba parado, en tanto yo, seguía moviendo
el libro a un costado de mi cara para delante y para atrás.